Todo comenzó como un propuesta con Emilio durante el bar rolling del viernes: Ir a pescar.
Discutiendo los mejores lugares para ello, los pormenores de los accesorios y aditamentos que se necesitan. La verdad yo pensé que había quedado en "veremos" el asunto y más cuando habían sentenciado que yo sacaría fotos.
Todo estaba bien, hasta que empezaron a hablar de olores asquerosos, destripamientos, salvajismos, chorros de sangre, víceras y demás relacionados. Hablaban de gran pesca.
Luego el lunes recibimos la misteriosa llamada "Vamos al estero. En 20 minutos nos vemos" dijeron. Ni chance de nada, solo me enfundé un traje de baño unos shorts y una camiseta. En una bolsa iba aventando lo que según yo iba necesitando: bloqueador, llaves, toallas, bolsas, celulares, chunche y media y por supuesto la cámara.
-¿Va a ir la perra?- pregunté. La pobre ya nos vió con ropa de playa y anadaba toda feliz brinque y brinque. Le encanta.
- Pues si-
Entonces todo listo, nos enfilamos para el estero para ganarnos el sacrosanto pan de ese día.
Hacía ya como mil años que no íbamos, desde que empezaron con eso de "Tessoro", la verdad es que ni idea por donde pasar. Luego pasan los días, se acaba la gasolina y mejor dices que "otro día".
Bueno, ayer fue el día. Ya nos estában esperando, dejamos la camioneta estacionada y nos subimos a la de ellos para llegar al estero, casi casi hasta la orillita del mar.
Muy austero el asunto, unos litros de agua, a lo mucho unos rancheritos y el que quizo, su coca de 600 ml. Obvio, que cualquiera puede decir "les faltaron las cervecitas" pero no, insisto el asunto era austero y deportivo. El objetivo era pescar nuestra comida.
Y a empezar la faena: Emilio, Airam, Ariel y yo... ¡ah! y Jordan, mi super perrita de acción (así la bautizó otro amigo). A desenredar hilos, enredar plomos, poner anzuelos, cortar carnada (un cacho de calamar... creo) a salvar la carnada de las fauces de mi perra y dar las últimas recomendaciónes sobre como lanzar, recoger y tal.
Todos con sus cañas, Emilio bien "pro" traía dos... Obvio, yo ni le intenté, estaba muy feliz viéndolos hacerse bolas. Ariel con una caña enorme que parecía que fuera pescar tiburón y las otras cañas bastante regulares, como de las que siempre se ven en las películas... en teoría.
Seguían con sus cosas y yo me metí a nadar con Jordan, y ahí anduvimos de sirenas un rato, hasta que empezaron posicionarse con sus cañas y no es onda andarles espantando a los peces. Emilio con dos, las enterraba en la arena y las vigilaba atentamente , Airam en su silla, y el intrépido de Ariel hasta la otra orilla. Según yo no habría peces que se les escaparan.
Toda la acción del principio se convirtió en calma total, para que entonces Emilio lo irrumpiera con sus mentadas e improperios; las méndigas jaibas le robaban la carnada, no terminaba de recoger una cuando en la otra ya se la habían fregado. Me traía de risa en risa.
Yo sentada en la orilla y Jordan queriendo atrapar a las jaibas, en una de esas que ve a un pez saltar y que se echa a nadar tras el... según ella.
A lo largo del día, Emilio seguía peleandose con las jaibas, a Ariel le saltaban los peces enfrente y no agarraba ni uno, y Airam, a toda madre en su silla. Los peces seguían saltándoles y haciendo monería en sus narices y las gaviotas que pasaban parecía que se reían de nosotros (o ¿con nosotros?).
Entonces sucedió lo impensable, ví a Emilio luchar como gladiador con su caña por que no le ganaran la carnada de nuevo y sacó un pez.
Esa fue toda la pesca del día. Incluso nos movimos a otro lado y los peces les saltaban más cerca. Estaba mas fácil agarrarlos a cañazos a que picaran.
Airam, ya en la nueva locación, también luchó contra uno bastante grande, pero llegando a la orilla, el muy... se soltó, rompió el hilo y se dió a la fuga con un muy novedoso piercing.
"¡Ya piquen! ¿Que no ven que tenemos que comer? ¡Aquí los señores no se pueden ir con hambre, pues!" Gritaban .
Ya me imagino a los peces: Si claro como no y ¿ de una vez me aderezo o así naturalito?... jajajajaja. No importa, yo me divertí como enana (realmente no sé como se diviertan ellos, pero supongo que se la han de pasar pocas tuercas, pues así dicen siempre que se la pasa uno bien).
Mi perra fue la que más se divirtió yo creo, regresó imagino adolorida de tanto correr, nadar y pepenarles también la carnada, curioso le fascina el pescado.
Total que ya en la noche nos regresamos en blanco pero asoleados, pero estos muchachos son de temer, pues ya estaban planeando el "strike back", no sé bien cuando pero yo me apunto.
Es una manera muy divertida y de bajo presupuesto para pasar la tarde, las jaibas ofrecen mucha diversión, y el espectáculo frustrante de los peces saltarines es inigualable.
Es altamente recomendado.
mkhc