Bar rolling...

on


Todo empezó desde que el Around the Corner se convirtió (no literalmente) en el Across the Street, pues se cambió enfrente convirtiéndose así en novedad.

Abrió su perfil en Facebook y dejó circular que el viernes habría fiesta electrónica, con DJ, y promos.

Las promos estaban así:
Margaritas $15 pesos
Tsingtao $15 pesos
Blue Shots y Tequila Shots $10 pesos
cubetas c/10 cheves nacionales $200 pesos
cubetas c/10 budlights $250

No se iba a dejar desperdiciar... Y se hizo el plan. Pero antes habrá que hacer escala en el Shark Bite.

Santana (el dueño y amigo), nos había hablado y había sugerido unas partidas de dardos.

El plan perfecto: Unas horitas de relax, con los amigos, unas cervecita y unos juegos. De ahí al Around The Corner con el otro amigo, Emilio.

Pero las cosas salieron mejor aún. En el Shark Bite, estaba toda la familia, incluso una agregada que venía de visita. Y luego de llegar nosotros, llegó otro y después otros dos amigos. Se armó la fiesta.

Como yo no se jugar bien eso de atinarle a los número con agujas con alerones (y desespero un poco a los que si saben), me dediqué tranquilamente a beber y platicar, bailar y ver a la pequeña bebé de ellos levantarse de muy buen humor y presumirnos sus recién adquiridas habilidades: caminar y bailar; y señores, lo hizo en el tubo, sin falsas modestias ni penas.

Claro, es una bebé, que penas va a tener. Para ella es simple: Es divertido y no me caigo. Para su corta edad es un invento fabuloso.

La gente que llegaba fácilmente entraba en el ambiente y se veía que la pasaban bien. Pusieron música rockera de los ochentas y ¡Wow!, bailamos, cantamos, hicimos ademanes y air guitar hasta ya bien pasada la hora de que habíamos decidió irnos.

Vi el reloj e invitamos a los amigos a ir al Around, pero decidieron mejor ir a casa y dormir, pues al otro día abrían temprano. Hubiera estado soberbio.

Entonces nos dirigimos al Mirador. Con fachada tipo surfer y luces de colores nos recibió el Around. La música electrónica en su apogeo, a pesar de que llegamos un poco tarde. La gente, muy amigable toda; tranquila y de buen humor.

Me sentí con espíritu aventurero y decidí experimentar con la cerveza china o japonesa Tsingtao... Señores, eso es solo para estómagos "pro". Rara, fuerte y como con sabor a pasto. Incluso la dí a probar a dos chicas que platicaban conmigo y llegaron a la misma conclusión: que sabía como a "zacate".

Yo me quedo con las de batalla, menos la "SOL" que se me hace terrible.

En eso, unos gritos tipo "WOOOHOOO!" hicieron que volteara mi cabeza y viera que había alguien bailando con fuego. Típico, si quieren, pero jamás pasa de moda. El fuego y la noche siempre son buena mancuerna.

Una vez lo intenté y solo se me quemó el pantalón y el pelo. No más. Tiene su ciencia.

El show acabó, seguimos hasta terminar los tragos en la mano y la noche acabó y nos fuimos a nuestras respectivas casas; bueno, por lo menos quien esto escribe. No me hago responsable de los demás.

Fue un bonito Bar rolling, nada complicado y muy satisfactorio. Se los recomiendo ampliamente.

MoKa.

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